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Papel o plástico: ¿Qué bolsa contamina menos?
¿Una bolsa de papel es más ecológica que una bolsa de plástico? ¿Es el plástico tan horrible como se cuenta? Es difícil responder estas preguntas de forma directa sin abordar todos los matices posibles, pero vamos a intentarlo:
CICLO DE VIDA DE UNA BOLSA
Para poder medir la sostenibilidad de un producto hay que tener en cuenta todo su ciclo de vida, desde la producción, pasando por su uso y finalmente el reciclaje. De esta manera se puede evaluar de forma completa su impacto ambiental.
Para medir, entonces, el impacto medioambiental de las bolsas de supermercado que hay hoy en día, se han realizado estudios que analizan sus niveles de contaminación en cada uno de sus estadios del ciclo de vida. Esos estudios miden la cantidad de recursos que se necesitan para su producción y a partir de esos datos, se deduce el número de veces que deberíamos usar cada tipo de bolsa para disminuir la contaminación.
Así pues, según el estudio del Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca, esta sería la comparativa, a grandes rasgos, del impacto ambiental de una bolsa de papel y una de plástico:
| Bolsa de papel | Bolsa de polietileno de baja densidad | |
|---|---|---|
| Producción |
Para su fabricación, se necesita cuatro veces más energía que para producir una bolsa de plástico. Además, si esta bolsa no se ha hecho con papel reciclado, se necesita un mayor volumen de recursos: árboles, agua y productos químicos que generan un gran impacto medioambiental. |
El polietileno es un polímero que se puede obtener de otros materiales, por lo que si la bolsa es producida mediante procesos de reciclaje, se requiere menos agua y explotación de recursos naturales para fabricarla. |
| Número de veces que debería ser reutilizada | 43 | 2 |
LA BOLSA DE PAPEL
Como ves, según el estudio, las bolsas de papel tienen que ser reutilizadas un número mucho mayor de veces que una bolsa de polietileno de baja densidad. Además, aunque parezca contradictorio, la naturaleza del material dificulta su reutilización, ya que las bolsas de papel son frágiles y se rompen fácilmente.
LA BOLSA DE PLÁSTICO
Las bolsas de polietileno de baja densidad, sin embargo, necesitan ser reutilizadas menos veces para compensar la contaminación derivada de su producción. Además son mucho más resistentes, así que es fácil utilizarlas más de dos veces y alargar así su ciclo de vida y disminuir el impacto sobre el medio ambiente.
CONCLUSIÓN
Este estudio se basa en la idea de que tanto las bolsas de papel como de plástico tienen un final de vida responsable. Es decir, son gestionadas en centros de residuos y recicladas una vez termina su uso. Sin embargo, en la realidad son muchas las bolsas de plástico que terminan en el mar y en los bosques, causando graves problemas en la fauna y en el medio ambiente.
En un contexto donde no hay una buena gestión de los residuos, las bolsas de papel salen ganando, pues se degradan más fácilmente y causan menos estragos en la naturaleza.
Pero lo que nos enseña este estudio es que el foco del problema de los embalajes no está tanto en los materiales sino en cómo nos relacionamos con ellos. La mentalidad de usar y tirar es un verdadero problema para un planeta que utiliza el plástico en su día a día. pero también lo es una mala gestión final de los residuos.
Lo importante, entonces, es reutlizar las bolsas que ya tenemos (sean del material que sean) tantas veces como podamos. Las bolsas hay que desecharlas cuando verdaderamente no den más de sí y no puedan seguir cumpliendo su función. Una vez esto sucede, es importantísimo tirarlas en el cubo de reciclaje que les corresponde para que el final de su ciclo de vida no se conviertan en un problema para el medio ambiente.